Una especialidad del País Vasco, el pastel vasco es un dulce emblemático, que se presenta en diferentes sabores. Se trata de una repostería gourmet, muy vinculada a los hogares vascos, de ahí su apodo de «la tarta casera».
El pastel vasco
Auténtico emblema de la gastronomía vasca, el pastel vasco es todo un clásico. Hoy en día, se puede encontrar en todos los supermercados, pero nunca ha perdido sus orígenes. Redondo y dorado, se llama “etxeko bixkotxa” en euskera. Es crujiente y suave a la vez.
Sus distintos sabores
En su origen, el pastel vasco podía tener muchos rellenos, en función de la fruta de que dispusiera el ama de casa que lo preparaba. Cada ama de casa tenía una receta diferente, que transmitía oralmente a una hija, a una hermana, etc. Esta tarta vasca consta de una base tradicional a la cual se añade azúcar, huevos y un relleno, a menudo aromatizado. Los sabores más comunes son el limón, la vainilla, el ron y la almendra. Por lo tanto, el pastel vasco incluye un relleno. Tradicionalmente, se trata de una crema pastelera aromatizada o un relleno de cereza negra.